Mi vinculación con el deporte se remonta a los cuatro años de edad, cuando empecé a practicar esquí alpino.
A partir de los once años me dediqué a la equitación de competición en la categoría de Raid Endurance,
y también practicaba el trial en moto a nivel amateur.
Las primeras carreras de montaña las hice a los dieciocho años de edad, compaginándolas con la hípica de competición.
Fue al cabo de un par de años cuando dejé de lado la hípica para dedicarme por completo a correr por la montaña.
Esta es la primera temporada en la que sigo la rutina de entrenamientos marcada por Rubén Bona.
Las sesiones de entrenamiento de los corredores de ultra trail constan principalmente de carrera por montaña,
pero combinamos con otras modalidades como BTT, bici de carretera o esquí de montaña.
Desde principios del 2020, he introducido en mis rutinas de entrenamieno la fuerza y la técnica de carrera gracias a Josh Ricard.
Intento hacer el máximo de entrenamientos en el Pre-Pirineo y Pirineo catalán. Durante el periodo académico, entre semana lo tengo más complicado para entrenar por el Pirineo, entonces intentamos buscar un día a la semana, el cual me pueda desplazar al Pirineo a entrenar, y los fines de semana aprovecho el máximo de tiempo para entrenar en él. En la pre-temporada utilizamos el esquí de montaña como entrenamiento.
Combinar la vida de deportista y estudiante me obliga a intentar compactar todo lo posible los horarios
en la universidad para tener el máximo de días libres y, así, poder realizar entrenamientos de calidad.
A menudo me gusta enfrentarme a nuevos retos y usarlos como entrenamiento.
De esta manera, en el año 2016 subí al Toubkal 4161m (Marruecos),
en abril de 2017 coroné el Mont Blanc con esquís de montaña por la ruta de los cuatro miles y
una semana después subía al Aneto también con esquís de montaña.
Este tipo de experiencias me hacen crecer mucho a nivel de conocimientos
y me permiten experimentar otras vertientes del deporte distintas a la competición.